Vamos con esta propuesta en 5 ideas:
1 > Situar tu lugar de estudio cerca de una ventana te permite disfrutar de la luz natural, que es suave y uniforme. Esta iluminación reduce la fatiga ocular y mejora tu estado de ánimo, lo que resulta beneficioso para la concentración y el aprendizaje.
2 > Cuando la luz natural no esté disponible o estés estudiando en horarios nocturnos, es importante contar con una lámpara de escritorio ajustable. Esto te permite adaptar la intensidad y dirección de la luz, evitando sombras molestas y creando un ambiente propicio para la tarea.
3 > Una iluminación demasiado intensa, brillante o desigual puede causarte fatiga visual y dificultar la concentración. Es esencial mantener un equilibrio en la iluminación, evitando puntos de luz directos sobre tu espacio de estudio y optando por iluminación indirecta de las paredes o techos.
4 > La luz azul emitida por ordenadores, tabletas y teléfonos móviles puede alterar nuestra visión. Para mitigar este efecto, es recomendable utilizar filtros o aplicaciones que reduzcan la emisión de luz azul en las pantallas y ajustar el brillo a niveles cómodos para nuestros ojos.
5 > Cada vez que tengas un periodo de descanso, aprovecha para realizar algún ejercicio de en el que muevas cuello, brazos, cabeza y ojos. Esto va a contribuir a relajar los músculos y la visión.
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