Coaching para escritores

Durante muchas horas has trabajado en tu proyecto. Han sido meses. Días y días de esfuerzo sobre un papel o una pantalla para poder contar todo lo que tu cabeza había imaginado.

El trabajo está hecho, te dices, pero sabes que no tienes una satisfacción del 100% con lo concluido. ¿Qué pasa? ¿por qué se produce esa situación?

La tarea de la escritura lleva aparejada una estrecha relación con la soledad.

Solo tomas el bolígrafo, el lapicero o la pluma o pulsas las letras de un teclado.

Solo te detienes en un punto concreto, sin haberlo pensado, y levantas los ojos pensando ¿por dónde sigo?

También solo retomas el trabajo y esbozas una sonrisa al tiempo que masticas con deleite aquello que se te acaba de ocurrir.

Solo apagas la pantalla o cierras la libreta pensando que ha sido un maravilloso día, que todo aquello que querías decir hay encontrado en tus manos las mejores palabras para expresarlo.

O, todo lo contrario, solo piensas que hay has perdido el tiempo como no lo habías hecho jamás y que más valiera que buscaras otra ocupación porque aquella de la que te has apropiado no te corresponde.

Solo te sientes un impostor. O un dios.

Llega un día en que esa soledad te insinúa que se marcha, que te deja libre del yugo que te imponía, que, a partir de ese momento, ya no te acompaña. Entonces, solo entonces, comienza la desesperación por compartir aquello que has gestado durante meses. Debes parirlo ya. Aparecen los fantasmas, los miedos, los complejos que nunca han existido, las críticas que aún no se han producido pero que ya duelen y los rechazos que, sin existir, habitan en tu cabeza.

Estás solo pero ahora quieres tener compañía. Quieres estar con alguien que valide aquello que has creado. Necesitas compartir unos gramos de esa soledad que ha sido tan productiva. Deseas que alguien sonría, se emocione o se identifique con aquello que ya deja de ser tuyo y se recoge en las hojas de un cuaderno o en disco de un ordenador.

¿Y si ese alguien no existe? ¿y si esa persona no muestra interés por aquello que has creado? ¿y si no ha emoción o aceptación? La seguridad con la que habías abordado el trabajo se escapa inmediatamente. Pasas de ser el rey de tu creación a un vasallo inseguro que desconfía de sí mismo.

Y vuelve a surgir la pregunta ¿pero por qué habré tenido que escribir esto que a nadie le va a gustar?

Quizás sea el momento de parar, sentarse, cerrar los ojos y pensar: ¿qué pasos debería dar para volver a encontrar la seguridad que tenía?

Probablemente sea el momento de abandonar el camino de la soledad buscada para establecer una nueva relación con un coach-mentor literario.

Si de las siguientes preguntas respondes sí a alguna es hora de contactar con alguien que te acompañe en el siguiente camino de tu proyecto:

  • Tengo una obra terminada y, en este momento, no sé por dónde continuar.
  • Mi libro se ha quedado parado sin que yo pueda avanzar.
  • No tengo ideas, mi cabeza ya ha producido todo lo que podía.
  • He acabado mi libro y mi intención es publicarlo, pero tengo muchas dudas y no sé qué hacer.
  • Tengo un manuscrito que nadie ha leído. No sé si es bueno o malo.
  • Mi obra la han leído tres amigos, mi pareja y mis padres, pero tengo la sensación de que sus comentarios son solo para agradarme.
  • No sé si mi libro está bien escrito: vocabulario, faltas ortográficas, ambientes o personajes.
  • Tengo 200 páginas escritas y el formato no me agrada.
  • Me falta maquetar el libro y la portada: fotos, resumen, formato…
  • Estoy bloqueado para escribir. No soy capaz de sentarme delante del cuaderno o del ordenador.
  • Necesito una crítica exhaustiva y profesional de mi libro.
  • Me gustaría tener acompañamiento durante el proceso de escritura.
  • Quiero escribir, pero me da miedo.

No le des más vueltas. la obra que has creado o estás creando no merece ser olvidada.

Contacta conmigo, te propongo una sesión inicial para fijar un punto de partida: el inicio de tu cambio de zona.

Si eres escritor y ha llegado un momento en el que necesitas acompañamiento para seguir tu camino o para iniciarlo, escríbeme.

Yo no voy a hablarte de estilos, ni voy a interferir en tu obra y, por supuesto, no voy a hacer comentarios condescendientes de tu trabajo. Voy a acompañarte a salir de esa situación que te impide avanzar.

Si estas interesado solo tienes que escribirme y tendremos un primer contacto, sin ningún tipo de compromiso, en el que aclararé cualquier tipo de duda que tengas al respecto.

Imagen © Unsplash – Aaron Burden