Dice Confucio: “No importa lo despacio que vayas, siempre y cuando no te detengas.”

Esta frase es una buena reflexión para los momentos en los que nos sentimos frustrados por el ritmo de nuestro progreso. 

A veces, nos enfocamos tanto en alcanzar nuestras metas rápidamente que nos olvidamos de la importancia de seguir avanzando, aunque sea poco a poco. 

Si nos detenemos por completo, nunca llegaremos a nuestro destino. En cambio, si seguimos avanzando, incluso a un ritmo lento, conseguiremos llegar a donde queremos estar. 

La perseverancia y la paciencia son claves para el éxito a largo plazo. Lo importante es mantenernos en movimiento hacia nuestras metas, aunque el avance al principio sea lento.

Si quieres tener una sesión de coaching gratis conmigo o más información, escríbeme.

Imagen © Baladesing

Si quieres recibir los recursos gratuitos del blog, suscríbete.

Política de privacidad

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *