Los detalles de la pintura

Uno de los últimos cuadros que he contemplado de Antonio López representa a dos figuras de perfil. A la izquierda, hay un esbozo de silueta que puede ser un hombre joven o un muchacho. En la parte derecha hay pintada una niña o una chica muy joven, inacabada, que viste camisa blanca y pantalón azul. Lleva un anorak verde marrón muy acolchado. Tiene una melena negra que le cae sobre el pecho.

Toda la pintura está plagada de referencias y medidas que el autor utiliza para la composición. Son simples puntos que marcan una zona, señales que apuntan direcciones o ensayos de color. Es una obra de 2014.

A la altura de los ojos de la figura femenina, el artista ha anotado tres líneas de texto en las que señala (se informa a si mismo) de que el párpado de la chica debe tener un milímetro de diferencia con la alineación de la nariz. Podría parecer un detalle nimio ya que el cuadro tiene unas dimensiones considerables ya que la figura podría ser de tamaño natural.

Observándolo me preguntaba ¿puede un milímetro cambiar nuestra visión sobre la obra?  Pues a la vista de lo que Antonio López nos dice, rotundamente si.

Los detalles pueblan nuestra vida diaria y, en muchas ocasiones, la construyen. En el plano personal, los detalles nos distinguen y hacen que aportemos singularidad a una acción. Y personalidad. No se preparan, no se pautan pero si se cuidan.

Los detalles son una impronta que queda fijada a fuego sobre el que lo recibe. No se suele olvidar y su recuerdo provoca siempre un gesto de satisfacción y alegría.

Todos nos acordamos de esa persona que siempre entra en la oficina y saluda. O aquella otra que siempre que pasa por nuestra mesa tiene una palabra agradable. Detalle es atender una llamada o a una persona con una sonrisa. Y también consiste en entregar unos documentos de la impresora cuando nos acercamos a recoger los nuestros. Detalles son todas las buenas formas de relación que tenemos con las personas y que no siempre ponemos en práctica. Muchos ligan todo esto con la educación. Claro, es un duo indisociable.

Probemos a aparcar correctamente y facilitar las tareas al vecino de al lado. ¿Es muy difícil acercarse a la mesa de alguien que requiere nuestra ayuda en vez de vocear? En vez de comprar un café en la máquina, pidamos dos y regalemos uno. ¿Qué precio tiene dar las gracias con mayor frecuencia? “Por favor” es una expresión que hemos desterrado de nuestro vocabulario cuando nos abre tantas puertas. 

No creo que que todos estos aspectos requieran de un esfuerzo titánico para ponerlos en práctica. La mayor parte de las veces simplemente es pensar cómo nos gustaría que actuarán con nosotros y llevarlo a la acción. Es una sencilla tarea que sólo requiere de entrenamiento pero que nos proporcionará satisfacciones día a día.

¿Podemos corregir ese mínimo milímetro que separa lo bueno de lo excelente?

Imagen © Antonio López

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