Dice Stevenson: «No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas.»
Esta sentencia habla, sin rodeos, de la importancia de mirar mas allá de los resultados inmediatos y enfocarse en el proceso y en la inversión a largo plazo.
Habla de objetivos y del camino para alcanzarlos.
Cada día trae consigo sus propias alegrías y desafíos y, a menudo, evaluamos nuestro éxito en función de lo que conseguimos en ese momento.
Cambiemos nuestra perspectiva, en lugar de mediar nuestra valía únicamente por los frutos que cosechamos, prestemos atención a las acciones que emprendemos, a las relaciones que cultivamos y a las metas que perseguimos.
Estas son las semillas que, en última instancia, determinarán nuestro futuro.
Esta reflexión nos anima a ser pacientes y persistentes, a trabajar, a buscar conocimiento y propósito en nuestras vidas, incluso cuando los resultados inmediatos puedan ser limitados.
Nos insta a ser conscientes de las decisiones que tomamos y cómo contribuyen a nuestro crecimiento personal y al impacto que tenemos en los demás.
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